¿Quieres saber cómo aparecieron los rótulos y pantallas publicitarias en París?
París siempre ha sido la cabeza de la moda del mundo. A pesar de que en la actualidad, New York y Tokio tienen una gran importancia, esta ciudad sigue estando considerada como una de las más importantes del mundo, gracias a sus monumentos emblemáticos y a que, durante siglos, ha sido el corazón de Europa.
A continuación, vamos a hablar de los rótulos y las pantallas publicitarias en París
A pesar de no tener en exceso, siguen recordando su Belle Epoque y su identidad única e indiscutible.
Las calles de las grandes ciudades europeas, entre las cuales se encontraban París, Berlín y Milan, fueron transformadas a finales del siglo XIX en galerías de arte gracias a la publicidad. En 1890, el aumento de la afición por los carteles situaba este arte en el punto más alto de la captación de clientes en las ciudades.
Fue en 1891 cuando el cartel del Moulin Rouge creado por Toulouse-Lautrec’s consiguió un distinguido reconocimiento, además de atraer a grandes masas al establecimiento de moda de la capital francesa.
Pero fue en 1910 cuando, el físico francés George Claude, presentó en el Grand Palais de París un anuncio luminoso que utilizaba el moderno gas neón. Solo tres años después, la terraza de la Ópera de París se iluminaba con estos tubos con letras de un metro de altura.
Fue desde ese momento cuando la luz cobró importancia en la capital y las calles y avenidas tomaron un mayor colorido. La publicidad comenzó a extenderse por la ciudad y los grandes carteles brillantes coparon todos los establecimientos con renombre.
El anteriormente mencionado Moulin Rouge reconvirtió todo su exterior, entrando en juego las luces rojas de neón que aún a día de hoy se siguen encendiendo noche tras noche. Sus Rótulos de Neón son toda una atracción para los turistas.
En 1900 se creó el primer tramo de metro de París, y ahora, al igual que sucede en casi todos los metros del mundo, es uno de los puntos de la ciudad con más publicidad. Este transporte público, en el año 2016, tuvo una afluencia de 4, 16 millones de personas diarias.
Es uno de los sitios donde más cantidad de personas transitan a lo largo del día, y por lo que las vallas publicitarias cobran mayor sentido y mayor alcance.
Letras corpóreas y rótulos luminosos en París.
Pero si hay un sitio, más allá del Moulin Rouge, de la Ópera de París, o del metro que merece la pena ser visto por sus rótulos luminosos, ese es el Barrio Latino de la ciudad. Además de encontrarnos con la Universidad de la Sorbona, el teatro de l’Odéon y la catedral de Notre-Dame, lugares imprescindibles para visitar, tiene muchísimas calles pequeñas repletas de cafés, bares y restaurantes con sus carteles luminiscentes que recuerdan a esos inicios del siglo XX que tanto gustan al turista de París.
París en sí es un icono de Europa y un símbolo de elegancia y estilo.
¿Habéis estado alguna vez allí?
¿Qué otras ciudades os han llamado la atención por sus rótulos y pantallas luminosas?
Hacédnoslo saber y no dudaremos en hablar de los orígenes de ella.